A todos los que no
entendemos de macroeconomía, ni de vivir por encima de nuestras posibilidades,
ni a qué viene pagar con mis impuestos una deuda contraída por unos bancos
privados que me cobran hasta por suspirar en una de sus cuentas corrientes,
Maruja Torres nos ha aclarado en una entrevista qué es lo que ha motivado esta
crisis, y lo ha hecho con sencillez, con dignidad, con valentía; porque hace
falta ser valiente para contar la crisis que asola a su empresa, el Grupo Prisa.
Maruja Torres ha dicho:
Cebrián quiso ser un tiburón de Wall
Street pero era una sardinita que todo lo hizo mal. Se gastó cinco mil millones
de euros jugando al capitalismo de casino, puliéndose todo el esfuerzo de los
trabajadores.
¿Y qué hace después de
esa locura el Sr. Cebrián? Lo lógico, en una democracia, en un país con ética,
es que ese señor dimita, se esfume, abandone la dirección de esa empresa a la
que ha llevado a la ruina por sus veleidades de bróker de medio pelo. Pero no.
Este señor, con la empresa en plena crisis, se permitió cobrar el año pasado 13
millones de euros. Y no sólo eso, en un artículo del periódico Público, para
justificar un ERE al que va a someter a su empresa por su atroz peripecia, se
atreve a decir: No podemos seguir
viviendo tan bien. Sí, habéis leído correctamente. No os indignéis,
todavía.
¿Quién vive tan bien?
¿Él, que gana 13 millones de euros a pesar de que su empresa está en quiebra?
¿Los 150 trabajadores que va a despedir? ¿Los españoles que vamos a pagar con
nuestros impuestos y nuestros derechos la estupidez de nuestros gobiernos? ¿Los
políticos que cuando dejan el cargo son nombrados a dedo asesores de grandes
empresas, que previamente han sido beneficiadas por sus decisiones, cobrando
altísimos sueldos por un puesto para el que no están cualificados? Es decir,
por no hacer nada.
Este ejemplo de lo que
ha pasado en el Grupo Prisa, es un espejo de lo que ha ocurrido en España.
Políticos corruptos, políticos con sueños faraónicos, banqueros y empresarios sin
ética, apuntados a la economía del pelotazo, se han gastado lo que no teníamos.
Han endeudado autonomías y ayuntamientos pensando que el dinero que pagamos
todos, no es de nadie, y que tenían total libertad para gastarlo en lo que a
ellos más les gusta: las obras monumentales, las grandes infraestructuras; con
el propósito infantil de ser recordados como los grandes benefactores de su
pueblo. Ya lo pagarán los que vengan detrás, las deudas se liquidan, las obras
permanecen.
Al igual que el Sr.
Cebrián, estos políticos no tienen la vergüenza de dimitir de sus cargos por su
mala gestión económica, y lo que es peor, los políticos honrados, que seguro
que los hay, no tienen la valentía de Maruja Torres para señalar a los
causantes de tal desaguisado y apartarlos de la vida pública. Los encubren, los
protegen con un sectarismo insultante, y entregan al pueblo atado de pies y
manos a la ambición desmesurada del capitalismo salvaje de los llamados
mercados.
Señores políticos, es
el momento de dar un paso hacia delante, de olvidarse de los partidismos
inútiles, de defender al corrupto porque es de los míos y ellos tienen más; los
corruptos no defienden ninguna ideología, se aprovechan de ella para llenarse
el bolsillo robándonos a todos. No piensen que recortando sueldos y derechos van
a salir de este problema, lo único que están consiguiendo es acrecentar las
desigualdades, crear de nuevo una lucha de clases, que el lema “Ellos o
nosotros” se extienda como una consigna entre las familias expoliadas, familias
que, cada día en mayor cantidad, están rozando el umbral de la pobreza. ¿Qué
ocurrirá cuando la gente ya no tenga nada que perder?
La crisis tiene nombres
y apellidos, y esos nombres deben ponerlos ustedes encima de la mesa, y
regenerar esa casta de corruptos para recobrar medianamente la credibilidad que
han perdido por culpa de su sectarismo.
“La mujer del Cesar no
sólo tiene que ser honrada, además tiene que parecerlo”. Cuanto más se alejan los
políticos de estas célebres palabras de Julio Cesar, más cerca estamos del
derrumbe.
La resignación ("es lo que hay") en España es incomprensible. ¿Unos pocos años de bienestar han conducido a esto? ¿Qué nos han inoculado?
ResponderEliminarSaludos.
No lo sé, María Luisa, pero lo incomprensible es que sigamos votando a los partidos que han provocado tanta corrupción. Si ellos están ahí es por nosotros, eso no lo podemos olvidar. Gracias por tu comentario, un abrazo.
EliminarDisculpe que tome algunas frases de su artículo para plantear mi opinión,es cierto Cebrian no tiene vergüenza, todo los movimientos fascistoides que se han visto en el G.P. y "sus muchachos", sostenidos por el sr. Polanco, gran magnate, no?. Porque dimitir no se qué moral y cual ética sostiene ese acto. Así es que lo hago mal, dejo todo enmierdado y digo dimito y eso es de honor?. No. Revisemos qué y qué quiere decir diminir.
ResponderEliminarLo digo porque los poderes fácticos quedaron reunidos en un gran poder, el de los M.C.
http://aupatallerpoesia.wix.com/aupalalibreria
Encantado de que mi artículo te pueda ser de utilidad. Un abrazo, pilar
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