martes, 20 de octubre de 2015

LA SOMBRA DE UN SOMBRERO ROJO



Quizá al olvido le falte sangre
o la curva de una palabra callada
mientras recorta la silueta de aquel rostro
y le coloca un sombrero rojo
para que cante canciones sin noches.
No hay mejilla que resista
la sombra de un sombrero rojo
sin añorar el azar de una boca
en la que sintió labios fusilando sueños,
cuerpos generosos como selvas
empañando espejos,  
su misma carne
sin más abismo que unas piernas cruzadas.
El deseo siempre retiene un pasado,
es fácil confundir eternidad con nieve triste,
con la blancura de esa almohada
que nos recuerda el color de otro brazo.
Quizá al olvido le falte sangre
o que la luz no deja huellas en el silencio.

Tengo tanta memoria
que sólo recuerdo sus manos.


CUADRO: CARLOS LARRACILLA
"MUJER CON SOMBRERO DE CONEJO ROJO"