martes, 29 de marzo de 2016

IDOMENI


POEMAS AL MARGEN

                 
                        8



Desde la insolencia del niño que aguarda
grita un dolor mío o de nadie,
más profundo que ese falso invierno
donde la desolación finge paisajes.
El niño sueña brisas en mi sombra
y esconde el pudor de un lamento insostenible
entre palabras que olvidaron acercarse al oído.
Después llora,
llora y su llanto carece de futuro
de pies para exigir estatuas
del temblor de una lengua intuyendo comida.
Ni la muerte habla de su muerte.
¿Qué haremos cuando en los mares quietos
se suiciden los peces?
El niño araña mi sombra como si yo tuviera alma
o un pasado crujiendo en la frente.
Acumula fe en una uña tan pequeña
que ignora la sangre, 
que ignora ese pedazo suyo que aún respira, 
roto, sin rincones.
¿Si su dolor es espejo quiénes somos nosotros?

Nota: Todo es invierno en Idomeni.

POEMA RECITADO
https://drive.google.com/file/d/0B-6WBLnyrVpiVVBwUnZoVnVXSWc/view?usp=docslist_api
          

lunes, 21 de marzo de 2016

CIEGOS DEL HAMBRE

POEMAS AL MARGEN
                  
                   7


Solo invierno en sus ojos
a oscuras del cielo que niega.
Somos ciegos, ciegos del hambre
del estruendo de los huesos,
ciegos del dolor del aire.
Duele pensar que su luz es barro
y el barro piel, piel sucia
extenuada, costra ignorada por el aliento
que fue alivio y es tortura
desgarro, desgarro suspendido
ahogado en la voz herida.
Vuestra miseria no interesa a los ciegos del hambre,
ofende esa mirada que pronuncia,
ese lamento que puebla de ecos
las cunetas que no admitís como sepultura.
No hay sitio
ni gesto que cobije.
Un estallido intenso, dilatado, desnudo
que se expande sin límites
hacia un sol -tan escaso de calor-
que hiere.
¿Qué fue de la eternidad?

Duermo despierto, sin eje,
escorado por amaneceres ya muertos,
por los dientes inútiles de una niña
que muerde vientos para creer
que el pánico no es horizonte
sino instante, momento, grito.
El mundo es alarido que agoniza,
vuelves un rostro largo en horrores
y nosotros te fusilamos con silencio,
silencio que seca la carne
que apaga la vida y nos delata.
Cuántos verdugos para el hombre.


Nota: Cerrad las ventanas, ciegos del hambre,
           los refugiados nos acusan por las rendijas.

lunes, 14 de marzo de 2016

Mi gato y Ulises


POEMAS AL MARGEN
                
                     6

Amar es una posibilidad  –pienso–
si dejo que los abismos no cuenten
el sacrificio de abandonar tu cuello.
Te busco y surgen naves sin mar.
¿Ulises quería volver a Ítaca o a Penélope?
Mi gato se llama Ulises, es igual de egoísta,
va y viene como tu sonrisa o mi locura.
Los días se suceden torcidos
llenando de memoria el precio de la lluvia,
la intensidad de un aliento que fue lenguaje
y hoy teje ausencias.
Recuerdo un camino de cerezos
cuando mis manos no picaban hielo de las sombras
y nadie sabía que el agua era tu cuerpo.
Dormíamos sin pasado en la nuca
-de pie no hay sentimientos-
y el miedo y la pasión compartían callejones a medianoche.
Ulises cruzó el estrecho de Escila
no sé si con miedo o con pasión, ¿Homero vio su mirada?

Llueve, despacio.
En tu mirada siempre magnolias.

Nota: Penélope nunca debió esperar tanto.


            Fotografía: Alexei Bourikin



miércoles, 2 de marzo de 2016

UNA MUJER


Una mujer ocupa silencios,
silencios que la vida calla
con los cantos impares 
de un jilguero que desconoce el vértigo.
Tiene hambre en el pecho esa mujer,
desdicha o hambre
por la piel que no supo desvestir una promesa.

Son suyas las horas que entiende mi noche
y los océanos rotos como sílabas
por gritar que una rosa fue el principio del mundo.


Yo la amo –siempre–  
ajeno al azar de hojas sueltas,
en la oscuridad de un corazón sin tiempo.