Un
día comprendió cómo sus brazos eran
solamente de nubes;
imposible con nubes
estrechar hasta el fondo
un cuerpo, una fortuna.
La fortuna es redonda y
cuenta lentamente
estrellas del estío;
hacen falta unos brazos
seguros como el viento,
y como el mar un beso.
Pero él con sus labios,
con sus labios no sabe
sino decir palabras;
palabras hacia el
techo,
palabras hacia el
suelo.
Y sus brazos son nubes
que transforman la vida
en aire navegable.
L. CERNUDA
Todos tenemos los brazos de nubes, lástima que solamos darnos cuenta tarde.
ResponderEliminarUn saludo.
Mercedes, nunca es tarde si el abrazo es bueno. Gracias.
EliminarUn beso como el mar...cómo el mar de inmenso
ResponderEliminarHay abrazos perdidos, irrecuperables.
ResponderEliminarBrazos,abrazos,nubes,estrellas,viento,mar,labios,besos......¡cuántas naturalezas juntas!
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