Tus
manos carecen de cielo,
ese cielo que vestía el mar
sin la cremallera del horizonte
ese cielo sin trasbordos
pero con labios de luna.
¿Dónde yace la piel de tu risa?
¿Dónde ocultas el eco de las campanas
que tañías en las venas de la lluvia?
¿Por qué las palabras arrugan tus dedos
deshaciéndose como nieve tardía?
Tus manos carecen de cielo,
duerme ya el insomnio que pasea
la tristeza por los ojos de la caverna
que me sobran días en la baraja
para regalarte semanas enteras.
Tengo lunes con el carmín de los sábados
y martes con máscaras venecianas
que parecen viernes mediterráneos,
los miércoles recogen ramilletes de azucenas
con las cejas alegres de los domingos
y los jueves se echan siestas en la arena
bronceándose en la desnudez del sol,
tengo más, pídemelos,
poseo meses falsos y calendarios
que sólo enseñan los días felices,
poseo meses falsos y calendarios
que sólo enseñan los días felices,
son tuyos, barájalos,
quiebra su monotonía
pero vuelve, compañera, vuelve,
vuelve a la risa.
Si tus manos carecen de cielo
ven
vive el universo de las mías.
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