en
postura de trastero abandonado.
Una
hebra de oro
busca
el latido del despertador,
serpentea
sábana abajo
y
se enreda en tu mano,
inerte.
Desde
mi pensamiento
alza
el vuelo un beso,
frágil.
Mis
labios lo siguen
con
alas despuntadas
en
dirección a tu mejilla
y
se estrellan,
inseguros,
contra
tu despertar.
Me
miras con ojos de rutina
te
respondo con pupilas del ayer,
tampoco
será hoy.
La
luz del ahora pasa de largo,
sin
detenerse en nuestro buzón.
-Uff,
llego tarde.
Mi
“buenos días, amor”
se
rinde apenas iniciado el trayecto.
Quizá
sólo imaginé que lo decía.
AUTOR: JOSÉ AGUSTÍN LÓPEZ SELFA
No hay comentarios:
Publicar un comentario