A
golpe de lirios se desnuda
cuando cierro los ojos,
y en esas sombras amantes
hasta las palabras que no pronuncia
abren espacios en el silencio.
La oscuridad se estremece,
su piel se hace aurora
y traza sonrisas en el aire
llenándome de memoria las manos.
Nada tiene nombre
cuando dos cuerpos se desbocan.
No entiendo la oscuridad sin sus labios,
la luz sólo es vértigo.
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