He
plantado un huerto con palabras y lechugas, no me preguntéis por qué y no os
aburriré con el cómo. El caso es que tengo la sensación de haber utilizado
semillas transgénicas ya que las palabras me han crecido verdes, difíciles de
encajar en un texto o de pronunciar sin sufrir un esguince de lengua: quieamo, besaricia,
soñauimera, nostalmántico. Sin embargo, hay una palabra que, a pesar de su
verdor, ha crecido con tal fuerza que como no la arranque se va a adueñar de
todo mi huerto: democratadura. Es curioso cómo sus letras impiden que el sol
nutra a sus compañeras más cercanas: liberterechos y solidausticia; y más aún, la
forma en que sus raíces tiran de la palabra perroflauta para enterrarla, ahora
sólo se puede leer “Per”. Ignoraba que las palabras pudieran odiarse pero la
semántica es lo que tiene, a veces resulta tan incomprensible como las
personas.
La experiencia con las
lechugas no ha sido más gratificante, para qué os voy a engañar, las lechugas no me han salido con hojas sino con
folios. Folios en blanco con los vértices rematados en picos desiguales,
parecen escarolas pálidas. He intentado hacer una ensalada y, con sinceridad,
su presentación en el plato encoge el ánimo; el sabor a nada, a pesar de aliñarla
con una ingente cantidad de aceite y vinagre, es sorprendente; los folios absorben
todo lo que eches pero no ofrecen ninguna satisfacción al paladar, es decir, tú
comer comes, pero es como si no comieras, entonces, ¿para qué comes?
Me siento frustrado,
poseído por las extraña sensación de que todo a mi alrededor está cambiando, de
que el mundo se ha plagado de huertos irracionales, de palabras sin sentido
simulado ni diferido, y que nosotros no las tragamos a base de aceite y
vinagre. Eso sí, en casa nos rebelamos a diario, hasta ahí podían llegar las
bromas. Y me temo que van a llegar, y sin gracia.
GENIAL. Una ironía que nos invita a tomarnos con humor todo este sin sentido para no volvernos locos con esta sociedad enferma.
ResponderEliminarAsí andamos, Alfredo, que nos duelen los riñones de tanto escardar.
ResponderEliminarMe encanta tu ironía.
Extraordinariamente fantástico texto. En este mundo en ascuas, no bajemos el ánimo.
ResponderEliminarexcelencia,grande Alfredo,
ResponderEliminarIngeniosisimo y, como siempre,bellamente contado.Gracias,Alfredo.
ResponderEliminarY despues de leer esto que puedo decir yo. Me encanta, me parece ingenioso,irónico,fantástico...Bueno me he quedado sin palabras, claro las tienes todas tú.:)
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