y susurros de viento
gritando en el vacío
olvidado por tus manos.
Ausencia no es una
palabra,
es dolor.
Hay telarañas de dolor
en el silencio.
Su sombra entorpece los
sueños
sin voz
que deambulan por espejos
indiferentes
sin hallar el reflejo
opaco
de tu rostro.
Amar no es un deseo,
es tu nombre.
Hay telarañas de dolor
en el silencio de tu nombre.
Amarga soledad, melancolía en estado puro. Profunda y desoladora.
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