En la voz de tus brazos habito
desde las tardes de abril
a las lunas de marzo.
Y en su murmullo duermo
y sueño
y soñando con ella, te siento.
Siento el balbuceo de la primera caricia
la torpeza del diálogo de las manos
el eco que devolvían tus senos,
y el amor envolviéndose en tu sonrisa
al borde de mi acantilado.
al borde de mi acantilado.
En la voz de tus brazos habito
Mi piel repite tu nombre
deshilvanando el deseo
y la ausencia de palabras
me entrega a tu boca
que inventa primaveras en mi cuerpo.
Y siento el golpe, el impacto,
el grito profundo del vértigo
muriendo uno en el otro
amando
para seguir viviendo.
En la voz de tus brazos habito.
Y en ella te aguardo.
Y en ella te necesito.
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