Recuerdo
una tarde
cuando todo era mío,
el olor de los naranjos
murmuraba en la ventana
y las palabras eran de abril
y abril duraba un año.
Detrás de la inocencia
me dejaba vivir en las manos,
y en la cama deshecha
nombraba al viento
hasta que el viento se hacía aire.
Recuerdo una tarde.
Tú sonreías en mi boca.
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