viernes, 5 de diciembre de 2014

A Lorena, que amé antes de que fuera.



Y siendo pluma, o apenas sueño, te hiciste ala
que se abría en arroyos
donde el fuego es alma y tu rostro  viento.
Surgiendo de la luz o acaso de la nada
quiebras las miradas que indecisas se esconden
o se postran
o se alzan ante el misterio de ese vuelo
que dibuja sueños en labios caídos.

Qué hermosa palabra la del dedo que calla.

Recuerdo la vida en ese escorzo,
en el grito incontestable que tu voz acoge
cuando el sonido no es beso en el vaho de la lluvia
ni el espejo comprende la rosa que sientes.
Creo en ti y en la verdad de ese párpado nunca agotado.
Creo en ti cuando ciñes el aire, ya paraíso en tu cintura,
y muestras la osadía de la piel fresca que no olvida pues conoce.
Qué mañana no es brillo en tu sombra.
Me asomo a un pensamiento insólito
como inmenso el mundo que nace universo en tus manos:

Te amé antes de que fueras 
y hoy que eres, tanto orgullo confieso.


                          FOTOGRAFÍA: LORENA LÓPEZ

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