Al raso del amor aguardo una idea
o quizá una mano,
una mano que abarque el cuerpo
hasta donde las palabras enmudecen.
En esa soledad hay estrellas que no preguntan,
comprenden,
escuchan mis labios descoloridos
por el roce de una mejilla que fue piedra y no llama,
aún siento su voz, aún la pienso
y un pensamiento no es vida
pero la crea,
crea el murmullo de ese beso que te ocupa los ojos
y las nubes transparentes
que impiden un olvido,
crea nombres que sostienen la noche en dos sílabas
y sueños que se abren al amanecer
cuando descubres en una idea
que los párpados del tiempo son de nieve.
La soledad sólo existe en los pensamientos,
yo pienso en ti.
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