5
La
ternura se aleja
en esos oscuros
que la noche sabe,
el sueño es un lamento
un labio que no cierra.
Me apunto con un dedo a
la sien
-tirar piedras contra
los recuerdos carece de sutileza-
un arma corta para
decirte adiós
y liberarme de quien
crees que soy.
Las máscaras caen,
airadas
desatando al demonio
o al héroe que jamás
fui en ti.
Con la nuca lastimada
deposito un silencio
tan viejo
que la memoria mendiga
sílabas.
En ésta soledad
insostenible
aquello que me habita
posee un eco,
y aunque se pronuncie
con tu nombre
no me basta.
NOTA:
La memoria es un camino que no siempre se elige.
Pastel sobre papel
encolado a tabla. BLANC I BLAU: GERMÁN ARACIL